lunes, 10 de marzo de 2008

celebración de la subjetividad


Yo ya llevaba un buen rato escribiendo Memoria del Fuego, y cuanto más escribía más adentro me metía en las historias que contaba. Ya me estaba costando distinguir el pasado del presente: lo que había sido estaba siendo, y estaba siendo a mi alrededor, y escribir era mi manera de golpear y de abrazar. Sin embargo, se supone que los libros de historia no son subjetivos.
Se lo comenté a don José Coronel Urtecho: en este libro que estoy escribiendo, al revés y al derecho, a luz y a trasluz, se mire como se mire, se me notan a simple vista mis broncas y mis amores.
Y a orillas del río San Juan, el viejo poeta me dijo que a los fanáticos de la objetividad no hay que hacerles
ni puto caso:
- No te preocupés – me dijo-. Así debe ser. Los que hacen de la objetividad una religión, mienten. Ellos no quieren ser objetivos, mentira: quieren ser objetos, para salvarse del dolor humano.
Eduardo Galeano

2 comentarios:

Erica Valenti dijo...

Totalmente de acuerdo. No creo en la objetividad, me parece que es un artificio para jugar a ser Dios o qué se yo qué... como si hubiera que ser objetivo para ser creíble, ¿no?
Me divertí mucho con el bló.
Subjetivamente.Eri

Ev@ dijo...

Increible! Estas cosas hacen a uno más libre, en una sociedad en que el silencio es respeto, y lo objetivo es la justicia. Pero entre tanta hipocresía, estamos los locos que celebramos la subjetividad. Bienvenidos a todos!