jueves, 31 de julio de 2008

de análisis


Sujeta expresa
Gramas de casa desesperadas
por Silvina y Belén, ayudantes de gramáticas desencajadas



- Hola, pacienta, llegó un poco tarde a la sesión, ¿alguna circunstancia la hizo demorar?
- Es a causa de mis objetos directos, creo a veces que mis hijos son un adjunto absolutamente dependiente.
- Pase, cuénteme el modo en que está.
- Mal, terriblemente… ¡muy mal! Con mucha angustia.
- Recuerde que la angustia es transitiva, necesita a alguien que la escuche mientras atraviesa este proceso mental.
- Es que tengo una amiga, Ofelia... Con ella y Anita coordinábamos reuniones, nos juntábamos, nos yuxtaponíamos... Estábamos definitivamente en relación de igualdad... Pero, ahora, Ofelia se ha puesto en el lugar de subordinante, Anita y yo no somos más que elementos en relación de subordinación a Ofelia quien se cree el núcleo del grupo…
- Por favor, no se mueva tanto mientras habla, ¡cuidado con las articulaciones! Comprendo el tenor de sus sintagmas... Pero tal vez se deba a que Anita y usted no se valoren a sí mismas, digo, son dos personas que reflejan mucha pureza; aquí hay un problema de baja autoestima...
- A veces nos preguntamos mutuamente si pasará lo mismo que con Manacorda, otra vieja amiga apuesta, aunque bastante concesiva, en cuyo reflejo Ofelia detestaba verse a sí misma... Anita cree que en definitiva es eso, que prefiere ver objetos en nosotras y no signos de su reflejo.
- Definitivamente, aquí tenemos un problema de identidad. La sesión pasada usted había mencionado una discusión que había mantenido con Ofelia, ¿la recuerda?, ¿cree que para Ofelia fue muy ofensivo el que usted definiera la identidad de su sujeto preguntando "¿quién?" ?
- Sí, sí, la recuerdo, recuerdo la discusión... La discusión es bien recordada por mí, eso sí... Pero el caso es que ya no hay caso, yo le dije a Ofelia: “soy lo que soy… un poco tautológica, a veces”, pero nunca concordamos... Es difícil, en algunos aspectos no hay persona que sea mejor que ella, pero hay tiempos en que preferiría que las cosas fueran de otro modo...
- Ajá
- Es una cuestión de números: las otras, ella o nosotras, asuntos de ese género…
- ¿En qué está pensando? La noto dispersa, ¿me está escuchando? La noto como en una dimensión paralela...
- No, es que tuve un sueño anoche, justamente...
- Es importante el campo simbólico de lo que sueña, cuéntemelo por favor, como lo recuerde, no importa la coherencia.
- Bueno, pero sepa disculparme si tengo alguna elipsis mental...
Soñé que Ofelia me decía que su corpus era mejor, porque cada uno de sus componentes había sido prefigurado con el único objetivo de que su corpus pudiera sostenerse; yo le decía que era mejor un corpus más real, más pragmático, que los cirujanos no reemplazaban a los operadores pragmáticos: una vida sana y ejercicio.
Después íbamos a un bosque en el que estaba un ex compañero nuestro: Noam.
- Ajá
- Nosotras al principio sentimos un poco de desconfianza: “este bosque es raro, Noam patinó”, pensamos... Pero luego nos acostumbramos y ahí Noam patinó definitivamente: iba cambiando los arbolitos de lugar, les ponía nombres, los clasificaba de mil maneras distintas, hasta que le pareció que solo uno o dos quedarían mejor.
- Mmm, ¿qué aspecto tenían los que dejó?
- Al principio, parecían árboles normales, pero después no sé con qué parámetro decidió deshojarlos, decía que en definitiva era lo mismo pensar todas las variedades de ramas como expresiones de una sola rama, una rama universal.
- Sin duda, ustedes admiraban la actuación de Noam; ahora bien, ¿había una competencia por él entre ustedes?
- Yo creo que sí... Aunque Ofelia ya estaba saliendo con su esposo, Ferdinand, no le gustaba que yo coqueteara con Noam.
- Si bien la estructura del conflicto resulta indefinida, confusa, me parece que debemos encontrar el núcleo del problema para que haya una resolución. Y, en este punto, creo que es una cuestión de roles.
- Sí, puede ser... es probable, dudo un poco: no tengo muchas certezas al respecto... a veces pienso que quizás Ofelia solo se sienta sola desde que murió su marido y perdió un poco de valor con respecto a los otros miembros de nuestro grupo.
- Es potencialmente probable.
Una interrogación le hago, perdóneme la intromisión: ¿Ofelia, Noam, Ferdinand y usted han sido sujetos compuestos de relaciones interpersonales?
- Lo cierto es que es Ofelia y yo hemos establecido relaciones copulativas alguna vez...
- mmm...
- Pero luego nos encontramos en una disyuntiva, porque yo era sola, pero ella tenía su sujeto expreso...
- Me parece que hay muchos sujetos copulando y el problema de egos, de núcleos genera conflictos, digamos, es un problema de cartel, ¿usted se siente tema o rema?
- Déjeme seguir… ya le contesto eso…
- Sí, disculpe, no quiero ser el agente de la interrupucción del hilo de su discurso.
- Pensamos que serían necesarias demasiadas explicativas y que las acciones consecutivas de ello serían algo complejas, y decidimos ponerle un punto final a esa oración.
Con respecto al cartel… yo no me pongo en primer lugar, jamás. Yo no pienso en mí, nunca. Soy una persona con una autoestima bastante baja.
- Sí, y así su identidad es un poco indefinida...
- A mí me parece que yo debería pensar un poco más en mí, pero nunca me pongo a hacerlo.
- Lo que le voy a decir es un poco personal, no se lo tome a mal, es sólo un consejo relativo a sus propias dificultades, yo noto que usted es demasiado demostrativa y posesiva. Y eso la deja en un grado inferior. Llena la función de sujeto con una propocisión excluida sustantiva.
- Creo que algo de eso hay, un poco de posevidad...soy bastante demostrativa, pero siempre dejo de lado lo personal. Pongo el énfasis en lo interrogativo, pero siempre lo personal es relativo para mí: siempre hay otras cosas más importantes.
- Creo que sería bueno, piénselo, hacer algo para modificar directa o indirectamente esto, no lo piense como una identidad, agréguele signos de pregunta en todo caso, como dice un excelso cantautor sea verbo y no sustantivo.
- Dice que actúe... res non verba... no creo que por hablar con Ofelia se haga la luz...
- ¿Cómo es su comunicación con ella últimamente?, ¿tienen contacto lingüístico?
- Sí, contacto de lenguas hubo, hace poco... algunas fricciones bilabiales, bueno...
- Y... ¿contemplaron algunas variedades lingüísticas?
- No, no hemos evolucionado mucho al respecto... a veces, Ofelia siente las presiones sociales y se detiene, se autocorrige, se autocensura. Suele asimilar mucho la mirada social, y yo también…
- Sienten la influencia de la coherencia externa, estimo que sienten que no se adecuan a las circunstancias exteriores
- A veces parece que lo exterior fuera el parámetro de rección entre nosotras...
A veces soy muy estructurada, me gusta etiquetar las cosas, ponerlas en cajas...
- Bueno, ya es la hora de poner un punto final a la sesión, detrás de la puerta del consultorio hay otro sujeto loco que aguarda. Por favor, mueva alfa.

miércoles, 30 de julio de 2008

es griego, animal


sábado, 26 de julio de 2008

El mar, la hormiga

Como un relámpago, una fulgurosa idea atraviesa nuestro adormecido cerebro como cuando al morder un durazno maduro nuestra boca estalla en un millón de sabores, sensaciones, recuerdos. Todo cambia con los recuerdos, el universo puede partirse en dos con una idea y como dije antes, éstas cruzan nuestro cerebro como un relámpago.

No tengo recuerdo real de esos días y particularmente hay tanta conexión entre ese individuo que se deslizaba impasible día a día en una vida sin preguntas y éste, quien se hunde en cavilaciones observando a los que hasta hace poco eran los suyos.
Tanta diferencia decía como entre una hormiga y el inmenso mar que baña mis pies, gracias a la fortuna, mis amigos, puedo decir orgulloso, que soy poderosa, perenne e imbatiblemente la hormiga

Sus días no eran sencillos, a no confundirse, pero las cosas son diferentes cuando uno no recuerda. No es que un polvo mágico nos borrara la memoria cada día al recostarnos a dormir pero en esos momentos, las cosas desaparecían de nuestras mentes como si dejaran de existir como alejadas desde las manos de los ciegos.

No éramos muchos, no sabría decir cuantos, pero la existencia era eterna en edén.
Todos ustedes a esta altura tienen, mal que mal, innegablemente, un vago concepto de eternidad y edén, los cuales no son nuevos para nadie, lo que me lleva a la conjetura de que aunque no sepan a que me refería exactamente con las líneas anteriores todos se han hecho una imagen mental de mi tortura.

Mas por el bien del relato y para desahogo de su interlocutor, única razón que me impulsa a estas palabras, voy a darles una breve imagen.

Abrís tus ojos por primera vez y el mundo es maravilloso, ¡como no podría ser así!, el mundo es un mundo nuevo. El paso sobre el que yaces, esa perfumada manta verdosa que cosquillea todo tu cuerpo, el sol, (¡mi dios el sol!), suave guardián que de la mañana lanzando sus caricias sobre mi cara, el dulce aroma de millares de flores golpean mis sentidos hasta la inconciencia.


Ellos solo existen, existen a tu alrededor, cientos de frutos que al tocarlos y luego lamerlos entregan un mundo de paralelas sensaciones, mundos desconocidos ante mis ojos segundo a segundo redefiniendo todo lo que conozco cada segundo, absorbiendo existencias antes completamente desconocidas y nunca imaginadas, a cada paso.

Conceptos como rico o feo no están establecidos cuando no hay punto de comparación, cuando es la primera vez que tus papilas inundan tu cerebro con un concierto de sabores, mágico: el fascinante murmullo de los arroyos nos atraía, el brillante canto de los pájaros. Claro que no teníamos nombres para todo esto, era como siempre, la primera vez. ¿Primer día en el mundo y ya con una palabra para todo?

Y vinieron los días siguientes , al menos así lo veo ahora, no solo fue el primer día una cacofonía de sensaciones, me refiero pura y simplemente a que nunca fue diferente, cada vez que mordía era la primera fruta que mordía en mi vida, la primera fruta en ser mordida en el vasto universo; cada baño en las doradas aguas del río, un éxtasis jamás experimentado; cada caída desde lo alto del risco era la primer caída desde lo alto del risco y cada instante, cada segundo, cada acto físico era la mas maravillosa experiencia

Despertar a la mañana y ver a alguien muerto en la orilla del río será un golpe para ustedes, sería horrible sin siquiera tener que conocer o tener una relación con el caído y sería, desde ya, desagradable para quien lo encontrase y para todo aquel que sepa, ¡ah la maldita palabra!, quien sepa que es un muerto al lado del río.

Como cada día, mar u hormiga.

Se despertó sobre el suave pasto que lo acogía con el dulce sol en su cara, caminó unos pasos y saboreó unas frutas y también algunas flores, metió sus manos en el río, mismo río que se veía alimentado por una pequeña corriente roja que danzaba entre las piedras manando de un bulto desparramado sobre las misma piedras. No todo lo que come lo hace sentir bien, ojalá fuera algo que pudiese recordar mañana.

Tengo que admitir que la libertad o al menos la sensación de libertad era embriagante. Ustedes no tienen concepto de eternidad, no lo pueden, sin intentar ofenderlos, mis acotados amigos, concebir; les urjo que traten, siendo por ahí la mejor manera pensar qué quisieran comer el resto de su existencia, concebir, decía, el concepto de eternidad..

“En algún momento me cansare de esto y en seguida este cielo se vera como un infierno.”

“Yo comería papas el resto de la eternidad”, quiero ver que opinan 3 kilos de papas después, o “pool con los muchachos todos los viernes”, o “viajar por siempre” se mueren como ideas luego de 3 horas en una carretera.

Ustedes no tienen concepto de eternidad: miran a lo profundo del pozo e ilusamente se esfuerzan por ver. ¡Qué raza ingenua!.

Yo no sabía que moriría, yo no sabía que morirías, nunca lo planteé ni lo pensé, no podía aburrirme de las manzanas o las peras porque cada una de ellas era la primera, la única, mágica, maravillosa, eterna e instantánea. No podía tener miedo a perderte porque recién te veía, no puedo ni plantear que te conocía, en eso consiste el edén y en eso, mis amigos, consiste la eternidad: una gris bruma de constantes novedades repetidas ad eternum.

Claro, me dirán, quien cayó del acantilado no pensará ahora mucho de la eternidad, pero convengamos ahora tampoco piensa mucho de nada. Si lo recordasen, el impoluto vaho mágico del edén se habría manchado con su caída, pero nadie lo conocía y al llegar la noche nadie lo podría recordar: ni a él ni a su caída, ni al peligro del vacío, ni a sus terribles consecuencias, y todo será maravilloso al comenzar la mañana, el mundo será un nuevo mundo.

Si alguno de nosotros alguna vez sospechara esto y por alguna razón intentara advertirse o dejarse algún mensaje a sí mismo, aunque tuviese los medios y la capacidad para dejarse una marca, una nota, hasta un libro de instrucciones “no te olvides de hoy”, no sería más que una mancha sin sentido pasada por alto en un nuevo y surgente mundo que nos maravilla a cada paso, a cada segundo

Entonces, si todas las tardes descubriese que mañana me olvidaré de todo, de cada atardecer, la desesperación por recordar estas pocas cosas importantes llenará mi pecho de angustia por no poder evitar olvidarme la tortura de lo inevitable, una agonía infinita, un infinito como todo lo demás, único indescriptible; mas no sería sino solo una ínfima noche que no tiene comparación con el mar del tiempo en el que nos deslizamos. Si por alguna razón pudiese estar contándoles esto, hacer que sepan esto, acá sentados cerca del cuerpo carcomido de quien solo puedo imaginar habrá sido uno de los míos, la angustia de saber que no puedo detener este océano que se desliza en mi mente llevándose todo vestigio de mí golpearía en mi pecho.

Pero ya es tarde, me es imposible escapar del pesado velo que el largo día ha impuesto sobre mí, poco a poco me dejo vencer con la ardiente angustia de saber que mañana todo será maravilloso, que el mundo será un nuevo mundo

jueves, 24 de julio de 2008

una reflexinvitación

(O una mala excusa para subir dibujos)

¿Sabés a que me hizo acordar? Al que dice que tal novela es una mierda, que tal banda no le gusta y después lo sorprenden mirándola o escuchándola a escondidas (yo lo llamaría el «síndrome de Emmanuel Ortega») y no sabe qué decir. Ojo, estoy seguro que hay alguno que no lo haga por timidez, siempre los hay. Sin embargo, deben ser los menos (son los que sufren el «síndrome de Pablito»).
Por si no se entendió: la idea es producir en un espacio común, democratizante. Y no nos importa si es docente, estudiante de castellano, o, simplemente, estudiante: la cosa es que produzca, y que lo comparta, que pase por acá y vea lo de los otros, que critique (por suerte o por desgracia, en Internet, se puede uno cubrir en el anonimato)... que de cuenta de lo que hacemos los otros, en nueve palabras. Pero son pocos los que se atreven (y los reconocemos por ello), creo que los puedo contar con los dedos de una mano y mientras escribo. Y todos sabemos que pasan y miran. Y uno imagina que se ríen o lloran de las boludeces que hay, que se agarran la cabeza no entendiendo lo tontos que podemos llegar a ser, o que se la agarran frente a la constatación más tangible de los problemas mentales que presentamos, o se identifican (¿por qué no?) con eso que hay y asienten con media sonrisa dándose cuenta que los nerds tenemos orgullosos un lugar en el ciber espacio, que hay otros “caballeros de la materia grisgrisgris”...
Esta es una invitación pública para que respondan y completemos esto (tan solo para no dejar mal a Jakobson, no al de telefe, al que no es famoso), ni hablar de producciones propias o ides, aunque más no sea: un comentario, un “este bló es una cagada” o “me avergüenzo de haberlos tenido como alumnos” o “sabé que, de acá en más, te llevás la materia” o “pasa a buscar tus cosas, están en el pasillo”; lo que sea.

Ya lo dijo lisa: “es mejor callarse y pasar por estúpido, que abrir la boca y demostrarlo”. Acá estamos nosotros:

martes, 22 de julio de 2008

T-actos de habla


El lenguaje es una piel: yo froto mi lenguaje contra el otro. Es como si tuviera palabras a modo de dedos, o dedos en la punta de mis palabras. Mi lenguaje tiembla de deseo. La emoción proviene de un doble contacto: por una parte, toda una actividad discursiva viene a realzar discretamente, indirectamente, un significado único, que es "yo te deseo", y lo libera, lo alimenta, lo ramifica, lo hace estallar (el lenguaje goza tocándose a sí mismo); por otra parte, envuelvo al otro en mis palabras, lo acaricio, lo mimo, converso acerca de estos mimos, me desvivo por hacer durar el comentario al que someto la relación.

Roland Barthes

FRAGMENTOS DE UN DISCURSO AMOROSO, Ed. Siglo XXI.

jueves, 17 de julio de 2008

multimedia catulli

miércoles, 16 de julio de 2008

prosa poética

I

Empezar de nuevo. Tomar una palabra y estrellarla contra algo que parezca muro. Hay pedazos por todos lados. Listos para el sacrificio. En nombre de quién. De alguien que dijo había una vez.

Un pedazo brilla en su soledad.

Déjenlo solo. Así.
Tal vez llegue.


II

Se acerca la voracidad. La partícula no puede defenderse. Es sola en el medio de algo que parece una hoja corriendo río abajo hacia el lugar de la caída.

Una fuente que espera. La mano lista para sujetarla. Mi mano.
Pobre, ya sabe que se irá, y cree.

Río abajo. Corre. Corre.


III

Se ha quedado con algo piensa que sirve para palabra. Con ella estará toda la vida inventando lo conocido. Pobre mano.

La partícula siguió. Ella también está sola. Brillando para nadie.


IV

En otro lado un brillo sucio en el hueco. Son los restos, siempre los restos. Ahora a buscar lo perdido.


V

Lo voraz se ha llevado todo, lo atrapado es ilusión de la fuente que mostró un poco de eternidad para después llevársela.

Somos miserables. Nunca creas en la palabra hecha.


VI

Otra vez hay alguien aquí sin restos de piedad. Otra vez mis manos buscan un lugar que sea.

Años han pasado desde que la primer mano quiso aferrarse a algo, años sin asir.


VII

Solo la ferocidad que muerde termina con cicatrices, solo la ferocidad está marcada desde hace siglos.

¿Y este resto?

Dije que no brilla. Muerde mis talones y la corrida es hacia un lugar que no existe. Muerde.


VIII

Y ahora que las manos sangran, qué. Limpio heridas de otro tiempo como si curase.

El cielo pide.


IX

He visto la gota estrellarse en el ojo, he visto el ojo sin poder morderlo. ¿Y la manzana? Ya se ha mordido y nos quedó el resto. Siempre restos.

Ya perdí las uñas muchas veces, perdí un rubí en otro tiempo.

Me pregunto por la vieja lámpara, ¿podrá? Frotaré en el aire.


X

Y dije aire sin pensar en ellos. Ahora están aquí, buscando. Como yo que busco en esta ausencia. Froto.

¿Quién tiene un resto?


XI

Ya aprendí el hueco.


XII

La tensión es para recordar que siempre buscamos dejar marcas.


2007

domingo, 13 de julio de 2008

hazte fama

Aca Larentia
(de WIKIPEDIA)

En la mitología romana, Aca Larentia (‘ella que forma’) protagoniza dos leyendas:

* La primera de ellas, situada en el reinado de Rómulo o de Anco Marcio, dice que Aca Larentia, una de las más bellas mujeres de Roma, fue la mujer que Hércules ganó en una partida de dados al guardián de su templo. Una vez hubo gozado de ella, Hércules le aconsejó que se pusiese al servicio del primer hombre que encontrase. El afortunado fue un etrusco rico llamado Tarucio, que se casó con ella. Cuando aquél murió, Aca heredó toda su fortuna: grandes propiedades en las cercanía de Roma que ella, a su vez, terminó legando al pueblo. Aca Larentia desapareció, anciana, en el Velabro, sin dejar rastro, en el mismo lugar donde estaba sepultada la otra Larentia, protagonista de la segunda leyenda.

* En la segunda leyenda, Aca Larentia era la esposa de Fáustulo, pastor que salvó las vidas de Rómulo y Remo. Tuvo doce hijos y a la muerte de uno de ellos Rómulo tomó su lugar. Junto con los otros once se formó el colegio de los hermanos Arvales (Fratres Arvales). Es por ello que la Diosa se identifica con ese Colegio. El flamen Quirinalis actúa en el rol de Rómulo (deificado como Quirino) para llevar a cabo los ritos funerarios por su madre adoptiva.

Aca Larentia pudo haber sido la lupa (que en latín significa tanto «loba» como «prostituta») que amamantó a los gemelos. Su fiesta, el Larentalia, se celebraba el 23 de diciembre.


La verdad de la milanga: Ut fama fert, gemini Romulus Remusque in Tiberim missi sunt in alveo sub ordine patrui sui Amulii, sed Tiberis effusus erat super ripas, sic alveus expulsus est ab flumine. Lupa itiens audivit vagores puerorum, et flexit cursum eosque uberibus suis sustentatavit.

viernes, 11 de julio de 2008

Inflammatus ira

το καλον πλοιον

de í! trú jelenós estori...

miércoles, 9 de julio de 2008

El Ión ¿positivo o negativo?

Más allá del chiste sectario para literatos-electricistas, en el diálogo de Platón -que comparte el nombre con los átomos eléctricamente cargados- se plantean dos cosas relevantes para la comprensión de nuestro discurrir por las letras:
1) que el poeta es tan solo un instrumento de los dioses (un poseso), y
2) que no sabe nada de aquello que escribe (es decir, no posee un conocimiento cabal de las cosas que trata en su escrito).
La primera objeción es que, el diálogo, trata del oficio de los rapsodas -“intérpretes de intérpretes”- por lo que nos tocaría de manera tangencial. La segunda es que hay escritores, como por ejemplo Pérez-Reverte -Cabo Trafalgar(1)- que poseen un conocimiento bastante acabado de los temas que trata (de los 15.000 libros que posee en su biblioteca, 3.000 se refieren a temas náuticos y cerca de 200 a Trafalgar; y sí, asumimos que los leyó todos). Sin embargo, son dos cuestiones que deben ser discutidas: ¿Es el poeta intermediario de las musas, o su producción le pertenece por mérito propio? ¿Es necesario saber acerca de lo que se escribe o la escritura crea mundos que no deben ajustarse a la realidad?
Respondiendo a lo primero, parece que la cuestión -así, de primera mano- se resuelve fácil diciendo que 50/50, que una parte le corresponde al poeta (que de acá en más diremos, simplemente, escritor) y que la otra parte viene desde lo divino. Incluso hay quien pueda decir que sin esa cuota de “inspiración divina” solo se producen textos mediocres. Válido, desde esa perspectiva. En función de esto, creo que era Picasso quien decía que la inspiración te tiene que encontrar trabajando. Pero de apoyar esta postura creo que estamos elitizando el arte de la escritura (y ya no solo de la escritura, porque esta concepción abarca a toda la producción artística). Es decir, solo es artista -uno de los buenos, por supuesto- aquel que posea ese don divino y, yendo un poco más lejos, es una cuestión innata: no importa cuánto te rompas el alma produciendo, si no has nacido con el genio… Es alñudo m’hijo, no servís para esto, no te gastes… Argumentos así desmoralizan hasta al más entusiasta. Por otro lado, para evitar el suicidio de aquellos no tan entusiastas, les recuerdo que a Van Gogh nunca se lo reconoció en vida.
A esta altura, cualquier postura innatista, merece, por lo menos, desconfianza. Ya que si hilamos fino, nos conduce a la justificación biológica (eugenésica) de diferencias sociales arbitrarias, con lo peligroso que eso pueda ser para la humanidad -peligrosidad millones de veces realizada, por desgracia-. ¿No está en mis genes, como en los de cualquiera de mi especie, la capacidad de manipular herramientas, la capacidad cognitiva, la capacidad estética, aparte de muchas otras que no vienen al caso? Si no es así, somos como hormigas o abejas: algunas nacen para ser reinas, otras obreras y otros son zánganos(2). Si es así, si está en los genes de mi especie, ¿por qué, entonces, no tendría la capacidad de nutrirla o ejercitarla lo suficiente? Se me ocurre que en este tipo de argumentos supuran imposiciones sociales arbitrarias de lo que cada uno puede o no ser, de lo que la maquinaria social ha planeado para cada quién, dentro de los espacios en los que está casi predestinado a moverse: naciste pobre, no artista; para qué llevarlo al museo si tiene ralladura de ladrillo en vez de cerebro, mejor que me ayude en el taller/empresa/negocio (al punto da lo mismo) o se dedique a algo productivo.


Ahora bien, con respecto a la otra parte de la cuestión: ¿es necesario que se sepa de lo que se está hablando? Por ejemplo, los físicos o los matemáticos se quejan de los psicólogos porque éstos últimos toman conceptos del campo de los primeros y los trasvasan al suyo propio, pero imprecisos y hasta degenerados. Más cercano a nuestro propio campo:
“En general, los escritores no distinguen un diedro de un ángulo plano. Citemos un ejemplo característico tomado de El Guaraní, de José de Alentar: Sacó su daga y la clavó en la pared tan larga como le permitía la curva que el brazo se veía obligado a hacer para abarcar el ángulo”(3)

Y aquí retomamos la cuestión: ¿qué importa si la literatura no se ajusta a la “realidad” fáctica, empírica, comprobable? Estamos hablando de mythos, no de logos. No queremos exponer la verdad del universo, tan solo conmover, divertir, pasar el tiempo y/o vomitar eso que se lleva dentro como una brasa incandescente, fuego que no se apaga hasta no haber puesto el último punto y arreglado el más mínimo detalle. Quiero compartir, no impartir; transformar, no informar. No creo que importe si las calles que cito, si las personas que nombro, existen o, incluso, si lo que digo es real y verdadero, les estoy dando status de cosa real y verdadera al momento de nombrarlas, de grabarlas en la mente de otro. De hacerlas parte de un universo tan real como el físico en el que vivimos, se trata el tema.
De eso se trata, aunque sea mucho más complejo. Complejo porque la producción artística es una entidad “shamánica”, se mueve en dos universos a la vez: el material y el simbólico. Como objeto concreto, la producción artística -libro, pintura, escultura, etc.- existe en un orden material de cosas y como objeto ficcional -discurso, relaciones de poder, construcción ideológica, etc.- existe en un orden simbólico, que no por ello deja de ser tan real como la realidad misma. Pero, como les pasa a los shamanes, los límites entre planos se desdibujan. Siempre nos han dicho que no hay que creer en lo que dicen los libros, y con razón, porque lo que se dice en los libros está para ser disfrutado, y creído en ese sentido. Y si de sentido hablamos, es bien sabido que el discurso -y más el escrito que se ha impuesto arbitrariamente a lo largo de los últimos siglos- es generador de verdad, o de otro modo la filosofía (y hasta me atrevería a decir, incluso, la historia) no tendría razón de ser. Entonces no hay por qué pedirles a las obras literarias o a cualquiera de ellas, paradigmas de lo ficcional, que guarden una relación con lo real:


1-Cabo Trafalgar, 2004. Allí, Pérez-Reverte narra sobre la jornada del 25 de octubre de 1805, en donde murieron cerca de 4.000 personas tras la confrontación de la flota inglesa y la escuadra franco-española frente al Cabo de Trafalgar
2-Al respecto: Antz, 1998; o Gattaca, 1997.
3-Malba Tahan, Matemática divertida y curiosa, 2006. Cabe aclarar que aquí, el autor del Hombre que calculaba, no se centra en la cuestión y toma escritores que aplican los conocimientos de otras áreas con justeza

martes, 8 de julio de 2008

che ramon


sábado, 5 de julio de 2008

Gracias por la música II

Justicia: no solo había gente caminando hacia el sol por el arco iris...
Me siento obligado a rendirles tributo

Black Sabbath


Iron Maiden


Judas Priest


Led Zeppelin

Gracias por la música

... y por esos videos


ABBA - Mamma mia


BEE GEES - Staying alive


LAURA BRANIGAN - Self control


RAY PARKER JR - Ghostbusters theme

gnocchis

LA ÑOQUIMAQUIA

Canto las armas y a ese ñoqui que de las costas de Troya
llegó el primero a mi plato prófugo por el hado y a las playas
pomarolas, sacudido por agua y por platos por la violencia
de los tenedores a causa de la ira obstinada de la cruel Juno,
tras mucho sufrir también en el amasado, hasta que fundó la ciudad
y trajo sus dioses al Plato; de ahí el pueblo ñoquino
y los padres albahacos y de la alta olla las murallas.

Cuéntame, Muzza, las causas; ofendido qué estómago
o dolida por qué el rey de los intestinos a sufrir tantas penas
empujó a un ñoqui de insigne piedad, a hacer frente
a tanta fatiga. ¿Tan grande es la ira del estómago de los dioses?
Pero había oído que venía una rama de la salsa pomarola
que un día habría de destruir las vajillas;
para ruina de la vajilla vendría un pueblo poderoso
y orgulloso en la guerra; así lo hilaban las Parcas.

Agotado el ñoquieida, llegó a la morada de unos productores agrarios
que, luego de haberlo reconocido inmediatamente como uno de sus dioses,
le ofrecieron morada en sus abundantes y cálidas ollas, junto a otros ñoquis
de menor prestigio: Ñoquioo, el ñoqui de la guerra; y Gnoquia, la diosa de la digestión.
Entonces la diosa Páncreas se sintió tentada por la abundancia de la olla
y decidió calmar sus apetitos invocando al rey del Ivess, temerario dios de la mesa,
y a su dentado compañero, el tremendo Taenedor, quienes acudieron prestos
a su llamado, en busca de saciar su sed de salsa.
¿Oh, Reggianito omnipotente, por qué traes a Pancho Ibáñez a comerme?
Cuando así se quejaba, un estridente golpe del Tucón
sacude de frente la vela y lanza las olas a las fronteras del plato.
Se quiebran los escarbadientes, se vuelve la proa y ofrece
el costado al rojo tomate, viene después enorme un montón de salsa;
unos quedan suspendidos en lo alto del plato; a estos otros se les abre el abismo de la boca y les deja ver las inmensidades de la mesa entre las olas en agitado remolino de especias.
A tres las coge y las lanza el ají molido contra escollos ocultos
(a esos escollos que asoman en medio del tuco los llaman los ítalos Albondígulas,
enormes bultos de la superficie del Tucón), a tres el Pimentón las arrastra
de alta mar a los bajíos y a las Ajíes, triste espectáculo,
y las encalla en los dientes del tenedor y las cerca de un pedazo de pan.
Muere así el ñoqueida, entre los dientes del malvado Pancho Ibáñez,
Pero cuenta la leyenda que, cada vez que se reproduce la publicad
De La Calmadísima una olla estalla en su honor.

conditum + beleni@

jueves, 3 de julio de 2008

2000 visitas


GRACIAS


sí, muy grossos...

miércoles, 2 de julio de 2008

La Lengua cotidiana

Aprovechá tus conocimientos en lingüística, y sé un lingüísta con onda siguiendo el ejemplo de aquellos que nunca pierden de vista el momento de chapear con lo estudiado. Algunos ejemplos:


“El sistema computacional es aquel por el cual los hombres elijen a otros hombres” Chomsky
“El amor es el principio; el matrimonio, el parámetro” Chomsky
“Hagamos un nudo verbal, mi amor” Tesniere
“No sos vos, es que yo soy todo un caso” Fillmore
“Mirá mi X´´” Chomsky
“¿Hay algún locativo donde este objeto pueda ser beneficiario de ese instrumento?” Fillmore
“El hombre es un verbo copulativo” Rosetti
“Quiero ser tu semántica θ para montarme en tu estructura sintáctica profunda” Chomsky
“El noviazgo es el principio de un parámetro” Chomsky
“El hombre es como el verbo: los bivalentes, monovalentes y de valencia ø” Rosetti
“No le pongas término, ponete subordinante” Rosetti
“Menos habla y más lengua” Saussure
“Agarrate de este arbolito” Chomsky
“La vida es la interdependencia entre el sujeto y lo predicado” Rosetti
“Estuve estudiando fillmore y no hay caso” Yo
“El alcohol ataca simultáneamente la interfaz lógica y fonológica” Chomsky
“La lengua tiene un fin, el ápice” Funcionalistas
“El sentido de la vida radica en saber si estamos en distribución complementaria o en posición contrastiva” Bloch
“Todo pedo es un haz de rasgos distintivos:
los hay sonoros y oclusivos y fricativos sordos ” Trubetzkoy

hombres de negro y hombres amarillistas

El Joaquín, los edificios, youtube...

PROTESTE YA (CQC)


DEPARTAMENTO DE INFORMÁTICA (... O CRÓNICA TV)


martes, 1 de julio de 2008

espectáculos

SERGIO DENIS
EN MATADEROS

Teatro Oliden.
Oliden 1440 (Mataderos).
C. A. de Buenos Aires.
Hora de inicio: 21:00
Informes: 4635-3792 Int: 301.
Entradas en venta.

PARA QUE TE LAS SEPAS TODAS:

TODOS LOS DOMINGOS (con Wawanco)


QUIERO AMARTE


TE QUIERO TANTO


SOBRE UN VIDRIO MOJADO