martes, 22 de julio de 2008

T-actos de habla


El lenguaje es una piel: yo froto mi lenguaje contra el otro. Es como si tuviera palabras a modo de dedos, o dedos en la punta de mis palabras. Mi lenguaje tiembla de deseo. La emoción proviene de un doble contacto: por una parte, toda una actividad discursiva viene a realzar discretamente, indirectamente, un significado único, que es "yo te deseo", y lo libera, lo alimenta, lo ramifica, lo hace estallar (el lenguaje goza tocándose a sí mismo); por otra parte, envuelvo al otro en mis palabras, lo acaricio, lo mimo, converso acerca de estos mimos, me desvivo por hacer durar el comentario al que someto la relación.

Roland Barthes

FRAGMENTOS DE UN DISCURSO AMOROSO, Ed. Siglo XXI.

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