martes, 19 de mayo de 2009

Cuento

Necrológicas
La despedida

Y es al final cuando me cae una lágrima, una sola. Una por cada mejilla. Una por cada mañana en que me desperté con tu mirada tibia en el sol del invierno. Una por cada beso. Una por cada sonrisa, una por cada silencio. Una porque lo elijo. Una por cada vez que me dijiste que me amabas. Una por cada comida en la que te miraba, sin que te dieras cuenta, y me daba cuenta lo hermosa que sos. Una por cada vez que volvía al calor de tu cuerpo. Una por cada palabra de aliento y una por cada vez que me quedaba sin. Una por cada paso que dimos, charlando de cualquier cosa. Una por cada lágrima que secaste. Una por cada abrazo. Una porque el alma se me parte. Una por cada vez que me acompañaste cuando, solo, caminaba. Una por cada vez que veo a los chicos jugar. Una por cada año que planeamos juntos. Una por si llegara a ser verdad. Una por vos, una por mí.