miércoles, 24 de septiembre de 2008

No te vayas idea sin decirme a dónde vas...

¿Qué es lo que pasa cuando no se cae una idea? Uno busca y busca pero parece como si dentro del cerebro hubiera un burro echado y rodeado de moscas. Es terrible la sensación de vacío intelectual que se puede tener cuando uno se enfrenta cara a carilla con el papel para descubrir que el cuentagotas de ideas está tapado. La agitada vida moderna no nos deja espacio para el ocio creativo ni para ese otro, el absolutamente improductivo que tantas satisfacciones y anécdotas nos brinda. Es por eso que desde aquí queremos hacer la merecida reivindicación de una práctica tan desprestigiada socialmente y que, sin embargo, se erige como pilar fundamental de la actividad docente: la socialización de recursos sin reconocimiento de propiedad intelectual, en palabras sencillas, el robo. ¿Qué sería de nosotros si en los momentos de embotamiento racional fuéramos incapaces de recordar las actividades que otros hicieron (robaron) antes que nosotros o de dónde las sacaron (robaron)? Defendamos una vez más, como estudiantes y como futuros o no tan futuros profesores, nuestro indeclinable derecho a robar.

(Diría de dónde saqué esto, pero mi fuente pidió confidencialidad, sepan disculpar)

1 comentarios:

Ursuburgo dijo...

esto lo lei en otro lado...